Quellón, una de las principales ciudades chilotas, confín de la Isla Grande, debe su desarrollo económico y social a un destilatorio de alcoholes y maderas. A diferencia de la mayor parte de las demás localidades sureñas, germinalmente hispánicas y nutridas por la industria maderera de comienzos del siglo XX, la comunidad de Quellón construye su andamiaje sobre los réditos económicos que derivan del destilatorio. Su ocaso, sin embargo, deriva del cuestionable desembarco de la industria salmonícola.